Nueva York, NY Leonard Lauder, el magnate de los negocios que transformó Estée Lauder Companies en líder mundial de la industria cosmética, ha fallecido a los 92 años. Lauder falleció el sábado rodeado de su familia, según confirmó la empresa en un comunicado oficial.
Lauder se incorporó a la empresa familiar de cosméticos en 1958 y llegó a ser director general durante 17 años. Reconocido por su visión estratégica, supervisó la adquisición de marcas emblemáticas como Clinique, Bobbi Brown y MAC. Bajo su liderazgo, los ingresos anuales de la empresa se dispararon, lo que refleja su papel fundamental en su expansión y alcance mundial.
Carrera profesional
Nacido en 1933 en Nueva York, Lauder era el hijo mayor de los fundadores Estée y Joseph Lauder. Antes de entrar en el negocio familiar, sirvió como teniente en la Marina estadounidense. En el momento de su incorporación, Estée Lauder Companies facturaba menos de $1 millones en ventas anuales, lo que equivale aproximadamente a $11 millones en la actualidad. Con el paso de las décadas, esta cifra creció exponencialmente, y el año pasado las ventas alcanzaron los $15.600 millones en 150 países.
Lauder desempeñó un papel decisivo en la creación del primer laboratorio de investigación y desarrollo de la empresa y en su expansión internacional a Europa y Asia. Sacó a bolsa Estée Lauder en 1995, logrando un notable aumento del precio de las acciones del 33% en su primer día de cotización en Nueva York.
Lauder dejó el cargo de Consejero Delegado en 1999, pero permaneció activo en la empresa como presidente emérito hasta su fallecimiento.
Recordando a Leonard Lauder
Los homenajes han llovido desde diversos sectores, con figuras como Elizabeth Hurley, que comenzó su carrera de modelo con Estée Lauder, expresando sus sentidas condolencias. Hurley se refirió a Lauder como su "papá americano" y lamentó la pérdida de su influyente presencia en la industria.
Steve Forbes, redactor jefe de Forbes Media, destacó la plena vida de Lauder, afirmando que "su fallecimiento es la pérdida del mundo". El ex alcalde de Nueva York Mike Bloomberg señaló: "Su legado se dejará sentir durante generaciones", subrayando el profundo impacto que Lauder tuvo tanto en los negocios como en la sociedad.
Filantropía e intereses personales
Al margen de sus logros empresariales, Lauder también era conocido por su profunda pasión por el arte. En 2013, saltó a los titulares con su promesa de donar una colección de obras cubistas por valor de mil millones de dólares al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Lauder fue también un firme defensor de la investigación contra el cáncer, ejerciendo como presidente honorario del consejo de la Fundación para la Investigación del Cáncer de Mama. Su dedicación a diversas causas filantrópicas puso de manifiesto su compromiso con la comunidad.
Mientras el mundo reflexiona sobre las contribuciones de Lauder, su influencia en la industria de la belleza y más allá sigue siendo indeleble. Su liderazgo visionario y su perspicacia para los negocios han dejado una huella duradera, moldeando el futuro de la cosmética para las generaciones venideras.
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