En una decisión histórica, un juez federal estadounidense ha rechazado un acuerdo entre Boeing y el Departamento de Justicia (DOJ) sobre la implicación del gigante aeroespacial en dos devastadores accidentes del 737 Max. La sentencia reaviva el debate sobre la responsabilidad de las empresas, la ética en la aviación y la justicia para las 346 víctimas que perdieron la vida.
Detalles clave del acuerdo rechazado
El acuerdo, anunciado inicialmente en julio, obligaba a Boeing a:
- Se declara culpable de un delito de fraude.
- Pagar una multa de $243 millones.
- Someterse a una supervisión independiente de sus prácticas de cumplimiento.
Sin embargo, el juez Reed O'Connor anuló el acuerdo, alegando su indulgencia y la inclusión de criterios de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en la selección del supervisor independiente. Argumentó que estas condiciones socavaban la confianza pública en el proceso de selección del monitor.
Reacciones de las familias
Los familiares de las víctimas del vuelo 302 de Ethiopian Airlines y del vuelo 610 de Lion Air acogieron con satisfacción la decisión. Muchos consideraron el acuerdo como una "carta de libertad para Boeing", que no hacía justicia. Ike y Susan Riffel, que perdieron dos hijos en los accidentes, declararon: "Este acuerdo no responsabiliza a nadie de la muerte de 346 personas y no hace nada para proteger a los pasajeros".
Argumentos de la juez O'Connor
En su sentencia, el juez O'Connor subrayó que la supervisión gubernamental desde los accidentes había sido inadecuada. Criticó el acuerdo por:
- Falta de requisitos aplicables para que Boeing cumpla las recomendaciones del monitor.
- Dar a Boeing una influencia indebida en la selección del monitor.
- Dar prioridad a los objetivos de la DEI sobre la competencia en el proceso de contratación.
"El interés público exige que el tribunal intervenga", escribió, destacando que los esfuerzos de cumplimiento efectivos deben priorizar la justicia y la seguridad pública.
Implicaciones para Boeing
Esta decisión presenta desafíos significativos para Boeing, que se ha esforzado por restaurar su reputación y mejorar los protocolos de seguridad desde los accidentes de 2018 y 2019. Los accidentes se debieron a fallos en el sistema de control de vuelo del 737 Max, y Boeing admitió haber engañado a los reguladores sobre estos problemas.
Preocupaciones recientes
El historial de seguridad de Boeing sigue siendo objeto de escrutinio. En enero, el panel de una puerta de un avión recién entregado falló en pleno vuelo, lo que suscitó dudas sobre las reformas de la empresa tras el accidente. Además, el Departamento de Justicia alegó a principios de este año que Boeing había incumplido las condiciones de un acuerdo de enjuiciamiento diferido de 2021, perjudicando aún más la credibilidad de la empresa.
Próximos Pasos
Boeing y el Departamento de Justicia disponen ahora de 30 días para renegociar el acuerdo. Las familias de las víctimas y expertos jurídicos esperan un acuerdo más estricto que garantice la rendición de cuentas. Erin Appelbaum, abogada que representa a las familias de varias víctimas, calificó la sentencia de "victoria significativa" e instó al DOJ a "exigir responsabilidades reales."
Impacto más amplio en la industria
El rechazo de este acuerdo subraya la creciente demanda de una supervisión más estricta y de transparencia en la industria de la aviación. Los expertos creen que este caso podría sentar un precedente sobre la forma en que los reguladores y los tribunales abordan la prevaricación empresarial en sectores críticos.
Conclusión
Mientras Boeing y el Departamento de Justicia vuelven a la mesa de negociaciones, las familias de las víctimas y el público en general buscan garantías de que se hará justicia. Esta sentencia supone un paso fundamental para exigir responsabilidades a las empresas por sus fallos éticos y de seguridad, y subraya la importancia de dar prioridad a la confianza pública y a la seguridad por encima de la conveniencia.